jueves, 4 de septiembre de 2025

LOS MILAGROS DE DOÑA CHAYITO

 






El Confesionario

Cuando se hablan de milagros, inmediatamente uno piensa en religión, santos, oraciones, velas y cosas relacionadas a la espiritualidad, incluso sacrificios, ayunos, mandas etc., pero en este caso cuando menciono los milagros de Doña Chayito, mi madre pasan hacer algo mas cotidiano, mi madre hacia de los milagros algo común y corriente, aunque no dejaban de sorprender o dejarte a veces con la boca abierta, ella hacia de las cosas divinas o inalcanzables en algo mas triviales e incluso ordinario, les quitaba ese halo de magia celestial para hacer de ellos algo que podían disfrutarse todos los días, ella decía que la relación con el Dios omnipotente era una relación mas cercana y estrecha, nada de rituales ni ceremonias, deben ser como un hijo corre a los brazos de su padre, así de sencillo, pedirle como si lo pidieras a tu padre amoroso, que hace nada mas que darle a su hijo lo que el le pide, como le darías tu a tu hijo un pan, o un regalo que sabes que el disfrutaría mucho, y así con palabras básicas y simples dirigirte al creador que te hizo con propósitos que el mismo fijo desde el principio mucho antes que tu nacieras, ella lo creía a pie puntillas y no solo lo creía, lo vivía todos los días como si su padre celestial, estuviera siempre viendo y cuidando que su hija mas preciada estaba a su lado y el vigilando cada paso que ella daba, porque la amaba sobre todas las cosas. 

Era muy común escucharla platicar con El todo el día, platicarle cosas básicas del diario vivir, y creo que hasta escuchaba su voz, porque la veía sonreír, como si realmente fuera audible su conversación con su padre, el omnipotente creador de todas las cosas conocidas y las desconocidas.

Era para mi inconcebible, no podía entender como ella con tal enfermedad y sus carencias y dolores pudiera profesar esa fe tan sobre todas las cosas, a veces me sentía como los amigos de Job, cuando le decían que renegara de su Dios por su situación de salud y tu vida tan miserable, pero creo que nunca se lo dije, solo lo pensé.

Su fe era tanta que retaba al Dios de la biblia con sus mismas palabras, ella decía -Padre, tu dijiste que pondríamos las manos sobre los enfermos y ellos sanarían, si lo hacíamos en tu nombre, y tu no eres mentiroso - , y así se la vivía, retando su palabra y me toco ver como ponía su mano deforme por su enfermedad en enfermos y por arte de magia, los veía sanar, eso nadie me lo contó, yo lo vi con estos ojos que se van a comer los gusanos, y fui testigo de ver como sanaba algunas de mis dolencias, de estomago, cabeza y a mis hermanos de igual forma, entre otras personas que venían a buscarla para que oraran por ellos, ella confrontaba la mismísima palabra de Dios y  decía....- Tu lo dijiste, aquí en este versículo, y ahora lo cumples, porque tu no eres mentiroso -, fueron incontables las veces que vi cosas que podrían tener explicaciones lógicas, tal vez científicas, incluso sugestivas, pero cuando se repetían una y otra vez, solo queda pensar, realmente tenia esa fe que producía resultados lógicos, científicos, sugestivos, prácticos que llevaban a realizar los deseos de mi madre, a veces tan simples y sencillos que por alguna razón eran evidentemente inexplicables.

Recuerdo que vivíamos en Mazatlan, Sinaloa, y mi padre por cuestiones de la fayuca se había venido a Nogales, Sonora, para llevar cosas para vender allá, entre ropa, pedidos, accesorios, zapatos que compraba en Arizona, y así a veces se tardaba hasta una semana para regresarse, y nos dejo comida como para tres días, y ya no quedaba nada en la alacena, vi con preocupación que mi madre ya estaba un poco estresada porque no tendría que darnos de comer y mi padre ni sus luces, no era como ahora que mandas un whats, o un messenger, o una llamada al celular en cualquier parte del mundo donde te encuentres, antes había telégrafos si tenias una dirección fija donde te llegará, o un teléfono si tenias uno en tu casa, si no, esperabas, hasta que el se comunicara de una u otra forma.

Vi en los ojos de mi madre cierta preocupación pero también vi como siempre que una paz y confianza, otros le llaman fe que todo se acomodaría para bien, y yo si me empece a preocupar, - Madre, que vamos hacer ?, ya no tenemos nada para comer-, ella queriendo suavizar la situación, o de alguna manera quitarme esa carga, me dijo - Tu no te preocupes, eso es asunto mío, tu ve a jugar allá afuera y deja que eso me preocupe a mi ok ?-, fue un alivio temporal, salir a jugar a un patio que estaba de bajada, con piedras, y agua, pues se juntaban las aguas de las lavadoras de a mano, que dejaban charcos y lodo por todas partes, porque las vecinas y mi madre, hacían un reguero por todas partes, cada vez que sacaban montones de ropa sucia para lavar.

Después de un rato de jugar me asome a la casa y vi a mi madre orando, sobre la cama, tenia las manos sobre su rostro pero no lloraba, me le quede mirando para saber si estaba bien, o si tenia en sus ojos lagrimas, y no, se levanto y salió a seguir lavando pero yo vi otro semblante en su cara, mas relajada, como si hubiera hecho un trato o acuerdo benéfico para nosotros y hubiéramos ganado la partida, y me acerque hacia ella y le dije, -estas bien mama ?-; me dijo -Claro que estoy bien, estoy contenta, y no quiero que tu te preocupes de nada, Jesus nos va a mandar comida mañana-, en eso me hablaron unos amigos para jugar y salir corriendo, mi madre se veía segura, confiada y no estaba estresada, era una buena señal y ademas mañana seria otro día con una promesa de comer bien al día siguiente, por ahora no había nada, pero no seria la primera ni la ultima vez que nos íbamos con el estomago vacío a la cama.

Al fin niño seguí jugando mas contento y feliz de saber que ya todo estaba resuelto, mañana comería frijoles con arroz, que era ya una comida decente, mi padre se llamaba Jesus, así que relacione que el que mandaría comida era mi padre, y no le di mas importancia al asunto, el semblante de mi madre me daba paz, a seguir corriendo y jugando.

Al día siguiente muy temprano llego una señora muy bien vestida, preguntando por mi madre, y traía varias bolsas de mandado, de esas bolsas de papel de estraza, eran como cinco, con fruta, verduras, cereales, leche, pollo y la verdad nunca había visto tanta comida en mi casa, era demasiada nos alcanzaría para un mes, ya mi papa podía tardarse un mes mas sin venir ya había comida para rato.

A los días llego mi padre, muy preocupado según el, por la demora y sabia que no tendríamos nada para comer en 4 o 5 días, pero vio que teníamos de mas, y llena la alacena con todo tipo de alimentos, arroz, garbanzo, galletas, frutas y recuerdo que su gesto fue de molestia - Y quien te trajo este mandado ?- pregunto el hombre con dudas y sospechando, mi madre era muy inteligente y la verdad yo no sabia a ciencia cierta quien había traído tanto mandado, con una sonrisa le dijo - Ah no fuiste tu el que lo mando, me dijeron que de parte de Jesus, pensé que habrías sido tu mismo ?-, y vi a mi madre que no tenia otra explicación mas valida, que esa, el obviamente dijo que no, que no había sido el, y mi madre le explico que una mujer muy elegante y guapa, le había traído ese mandado en nombre de Jesus, y que ella había pensado que era el, mi padre, el suavizó las cosas por el momento, comió un pernil de pollo frito con una ensalada que preparo mi madre y el lo disfruto hasta los huesitos, obviamente necesitaba andar borracho para sacar el tema y decir que ella lo engañaba y darle una sarta de golpes, porque el estaba seguro que otro hombre le mandaba la despensa, pero espero estar tomado para desquitar su poca hombría obviamente después de comerse el pollo frito.

Después de ese alboroto le pregunte a mi mama, quien había mandado esa despensa, y ella casi en secreto me dijo - Ya te dije, Jesus nos mando esta despensa, Jesucristo-.

En otra ocasión estaba ella acostada, se sentía mal, como era costumbre y dijo en voz alta para que todos escucháramos -ah como tengo ganas de un arroz con leche, Padre Santo, mándame un arroz con leche, con pasas, Andale no seas malito-, recuerdo esa tarde como si fuera ayer, no habían pasado unos escaso minutos, cuando alguien toco la puerta de la casa, y era la vecina - Esta doña Chayito?, hice arroz con leche y le traigo una tacita -, fue algo que hasta la fecha no se que tipo de conexión tenia mi madre con las palancas allá arriba, que las ponía accionar de alguna manera tan efectiva y sorprendente, ella decía que los milagros son así, todos los días, que despertar vivo cada día es un milagro nuevo, poder ver, poder paladear, escuchar la lluvia es un milagro, que no todos sabemos disfrutar, que los milagros ahí están, solo hay que  creerlos y vivirlos todos los días.














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