miércoles, 3 de septiembre de 2025

FELIZ NACIMIENTO

 




Todas las fechas llegan y existen fechas que duelen, pero las navidades son fechas que me llevan irremediablemente a mi infancia, no se si a todos nos pasa lo mismo, que las fechas de cumple años sean dolorosos, o que el día de las madres o día de los padres sean tristes o melancólicos, pero las navidades en mi tienen un dejo de tristeza y las memorias de mi niñez, no son las mas felices, y lo digo no por los regalos que no recibí, o los banquetes navideños que no disfrute, las festividades y tradiciones de montar un arbolito con lucesitas, no, no fue eso, no eran mis intereses los que me hacen daño al recordarlos, es lo que mi madre y yo vivimos al ver a mis hermanitos pasar esas fechas sin sus juguetes o sus regalos navideños, sin comida de las fechas, o simplemente poner un arbolito con luces de colores.

Pero vamos a la historia, a los hechos, recuerdo que tenia yo unos 12 años de edad y mis hermanitos eran pequeños e inocentes, eran los días de posadas y fiestas navideñas, ya se veían en las casas adornos de navidad, se escuchaban en la radio canciones navideñas, ya sabes esas que suenan en todas partes y la publicidad bombardea en todas las direcciones, desde el Santo Clos, los cantos de posadas, y la algarabía que se forma en esas fechas decembrinas donde todo el espíritu navideño es contagioso y todo mundo se llena de una alegría sugestiva aunque no tengas dinero para los regalos, ni siquiera para comer, la economía pudiera ser fatal para acabar con toda esa fiesta cuando no hay dinero ni para comer, ni huevos, ni frijoles, ni pan, y tus hermanitos solo ven por la ventana las casas adornadas con trineos y renos, arbolitos llenos de regalos y escuchan risas y cantos de navidad por todas partes, eso duele mas cuando ves a tus hermanos sin un solo regalo, aunque tu no recibas nada.

Esa navidad fue dura, fría, triste y dolorosa, recuerdo que estábamos todos juntos mi madre y yo mirando a mis hermanos sin nada que comer, sin nada que cenar y sin dinero para comprarle un regalo, un solo regalo de navidad a mis hermanos hubiera sido fantástico, recuerdo que mi madre me dijo, - Porque no vas a pedirle a tu papa dinero para comprar leche y pan-, yo odiaba hacer eso, de ir a pedirle dinero, ademas que era muy lejos donde estaba " La Oficina ", donde estaba mi papa, la cantina, ademas que hacia mucho frio y lo peor, me daba unos pesos como si nos hiciera un favor, cuando era su obligación y su responsabilidad, éramos sus hijos, su familia, pero no, su postura era de arrogancia y daba con desprecio e indolencia.

Fui igualmente con con coraje y con frio, el clima estaba a punto de congelación, tus mocos se congelaban, en serio !!, tenia las manos congeladas y mis dedos de los pies en serio no, los sentía, hacia un frio que quemaba la cara, eran de esos fríos, de esos inviernos de antes, que calaban hondo, hasta llegaba a los huesos, y así me fui viendo los adornos navideños y pronto se me paso el coraje que traia hacia mi papa, pasaron unos minutos y ya estaba cantando -Feliz Navidad, Feliz Navidad y prospero año y felicidad!-, así llegue hasta la oficina ya con mas buen humor que antes, le chifle desde afuera, porque era menor de edad y no podía entrar, le volví a chiflar fuerte, pero adentro estaba la rocola a todo volumen recuerdo que cantaban los tigres del norte, ademas de la algarabía de los oficinistas, volvió a chiflar mas fuerte en eso alguien abrió la puerta y mi padre alcanzo a escuchar el característico silbido que el conocía muy bien, y salió a verme, y ahí estaba yo pensando en mis hermanos y su noche buena aunque fuera con leche y pan, así que le dije con el tono mas suave y respetuoso que pude en ese momento, - Mi mama me dijo que viniera a buscarte para que me dieras dinero para comprarle un regalo a mis hermanitos y algo extra para cenar -, pensé que por ser fechas de navidad, podría sacarle algo mas, para comprar cualquier cosa a mis hermanos, algo baratito, sencillo, y algunos tamalitos, fueron mi idea para llegar a casa con algo en las manos, era un buen plan.

Pero no, no fue bien recibida la propuesta, el hombre estaba borracho, como de costumbre, de malas seguramente, o sin dinero que le dio mas coraje, o con culpa por ser tan mal padre y se justificaba con violencia para no verse vulnerable y su reacción fue así, violenta - No tengo ni un peso, ademas aun no me pagan, como quiere tu madre que les de dinero para regalos, ni que fuera rico-, tenia como tres días que no lo veíamos, ni siquiera nos visitaba en casa, solo pasaba cuando apretaba el hambre, y llegaba de paso para que me diera para comprar comida, pero esa vez lo vi molesto e iracundo, me dijo - espérame voy a ver si me adelantan algo de dinero-, obviamente no me iría con las manos vacías, mi madre y mis hermanos esperaban que llegara con algo para cenar, espere fuera de la cantina, no me sorprendía su trato, yo no estaba desconcertado, el era así, impredecible y grosero, espere como diez minutos y por el frio se me hizo como una hora, por fin salió con unos billetes en la mano y enojado y con una postura de macho prepotente y me dijo con un gesto de desprecio en su rostro - Para que traguen perros -, y tiro al piso dos billetes, uno de 50 pesos y otro de viente pesos, eran 70 pesos de aquellos tiempos, en ese momento sentí con ese frio invernal un calor que me subía de los pies a la cabeza, sentí, coraje, ira, sentí impotencia pero me falto orgullo, pensé en mis hermanitos y me incline a recoger los dos billetes que no alcanzaban para regalos, solo para comprar leche, pan y tal vez huevos para el día siguiente, pero eso seria suficiente para no pasar la navidad sin nada en el estomago, me agache y levante mis ojos, estaban llenos de lagrimas y rabia, pero el ya no estaba ahí en la puerta, hacia seguido su fiesta, en su lugar favorito, con su musica estridente y los olores mezclados con alcohol y sudor de obreros de quinta, mientras yo me fui llorando de coraje, llorando mi alma y mi corazón roto, el hombre que era mi padre, nos llamo perros, y me tiro dos billetes para tragar, esa parte de mi vida y esa historia de mi vida me recuerda la navidad, y sus lucesitas de colores, sus cancionistas y villancicos.

Regrese con leche, choco milk, y pan para cenar en esa noche buena y una docena de huevos para la mañana siguiente, y unos dulces fue todo, ya no tenia lagrimas en mis ojos, ni le conté nada a mi madre de lo que había pasado en la cantina, solo llegue contento y mis hermanos se contagiaron de mi supuesta alegría mientras por dentro seguía llorando, ellos contentos seleccionaron su pan favorito, y les prepare su choco milk, después mi madre nos sentó al rededor de la cama, la única cama que había en el cuarto donde vivíamos, y nos contó la historia del nacimiento del mesías, el nacimiento que quiere decir natividad o Navidad, que así la palabra navidad perdía toda magia, solo quiere decir Nacimiento, ósea que Jesus el Mesias era nuestro mas grande regalo, Santa Clos, no trae regalos, el verdadero significado de Navidad es el Nacimiento de Jesus el regalo mas grande del mundo, ella nos contó con pocas palabras y sin mucha religión -La navidad no son los regalos, ni arbolitos con luces, la navidad y el mejor regalo es el nacimiento de Jesucristo, así que mis hijos, Feliz Nacimiento -, Nosotros esa noche buena quedamos tranquilos sabiendo el verdadero significado de la navidad, y convencidos de nuestro regalo fue suficiente, como el choco milk y el pan, fue suficiente, al final nos quedamos mi madre y yo descansando al ver a mis hermanos dormidos y en paz, en la misma cama como siempre, calentitos dormimos con la convicción de haber pasado una navidad en familia, mientras el mundo seguía regalándose cosas materiales, otros en cantinas enfermos de soledad, otros comiendo deliciosos manjares, abriendo regalos, nosotros disfrutando de nuestra pobreza una verdadera navidad y su significado crudo, pero real, mientras escuchábamos afuera la musica a todo volumen -Feliz navidad, y prospero año y felicidad -.















  

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