Cuento
Chuyito sonreía y dejaba escapar su inquieta y vivaracha mirada, por las divisiones en un balcón de un quinto piso de su departamento, donde veía jugar en el terreno trasero a un grupo de niños que entre
risas y gritos pateaban un balón improvisado con trapos viejos y nudos mal
hechos, sus porterías hechizas con piedras amontonadas hacían el lugar de los postes y así se pasaban todas las tardes lanzando ese balón mal hecho que de vez en vez se desgajaba y era necesario hacerle otro nudo y uno mas para
seguirle dando de patadas.
El pequeño que desde lo alto miraba, nos lleva a este cuento que
bien podría ser una historia de cualquier pueblo de México con cerros, con
casitas encimadas unas con otras, una línea fronteriza que como navaja sin filo corta la tierra, un tren que igual pasa todos los días y parte de cuajo la
ciudad.
Como decía, a sus 8 años ¨Chuyito¨ hacía de su máxima diversión escuchar la gritería y las porras que daban los niños del barrio, jugando al bote
pateado, a las escondidas, a las carreritas y por supuesto a ese fútbol tan
inocente que ellos disfrutaban tanto con el balón de trapo.
Chuyito, era un niño bien, de buena familia, de antepasados
extranjeros, de apellidos de alcurnia y piel clara por supuesto, realmente el
apodo ¨Chuyito¨ ni siquiera podría ser cercano a la realidad, lo incluyo aquí como
seudónimo para no cruzarme con realidades paralelas.
Desde ahí, se acomodaba en una sillita y se pegaba en las
divisiones que dejaban los bloques de su bien diseñado departamento de lujo
donde bien podía ver gran parte de la ciudad con cerros, bueno la parte más
importante de la ciudad con cerros, es más se podía igual divisar un paisaje de
dos naciones, con sus montañas de un país norteño y los cerros de este otro,
porque hasta en el paisaje hay niveles.
Después de sus clases de piano, Chuyito tenía un tiempo que lo invertía
muy bien y coincidía con la algarabía trasera, que de todos sus pasatiempos ese
momento era el más divertido, no sabía los nombres de los niños que a lo lejos
jugaban, pero él en su imaginación, ya los había bautizado, Chuyito se reía y
hasta brincaba cada vez que anotaban un gol, había incluso aprendido a
estimarlos y hasta le tenía cierta admiración a uno que otro por su forma de
mover el balón, (bueno lo que simulaba un balón).
PRECAMPAÑA - Primavera: disfrutaba a lo lejos los juegos de los niños de la calle, pero eso estaba muy
lejos de ser parte de su forma de vida, los niños con los que él jugaba, eran los hijos de los amigos de sus padres, eran niños igual que él, que
disfrutaban otras actividades, otros pasatiempos, y también tenía otros sueños, otras
inquietudes, pero para Chuyito era necesario embarrarse lo zapatos de lodo y si, se miraba jugando con los niños de la calle, pateando ese balón
y anotar un gol en esa portería de piedras amontonadas por cada lado, y así se atrevió
a dar ese primer paso, imaginarlo ya no era suficiente, quería conquistar esa cancha y
ser visto y también admirado por esos niños de la calle….y ahí va Chuyito a
conquistar el terreno trasero de su departamento y a ensuciarse sus zapatitos
blancos.
Ese día ya hacía calor, así que el niño en cuestión había aprovechado
el descuido de su abuelo que era muy permisivo con su nieto y por supuesto a
escondidas de su padre, dejó que Chuyito probara el barrio, sabía que de igual
manera eso le serviría en un futuro para entender otras cosas y lo permitió como
una lección de vida.
Chuyito se quedó parado, ya más
cerca del perímetro del terreno, los niños siguieron jugando como si fuera este
un ente de paso, pero él determinado a conquistar el terreno se sentó en un
piedra y seguía mirando ese balón fijamente, después de unos minutos los niños sentían la mirada de
chuyito, fija e incisiva y de reojo los vaguitos observaban que se dibujaba en la cara del niño intruso, de
vez en vez una sonrisa, los niños son inocentes y siempre buenos, a pesar de la
diferencia de ropa y zapatos lo convidaron a jugar,...Ya sabes los niños, son
niños.
Bueno todos hemos pasado por esa etapa, donde todos los niños
fueron del reino de los cielos , parafraseando (¨Dejad los niños venid a mí,
porque de ellos es el reino de los cielos¨), y sí que ni tardo, ni perezoso empezó
a darle de patadas al trapo, anotar goles en medio de las piedras y fue
aceptado como cualquier niño, y fue así el niño más feliz de la tierra sin
importar el apellido, ni sus ropas, ni el color de su piel, ni su abolengo….bueno
aun las intenciones de chuyito no eran muy claras.
CAMPAÑA - Verano ya calaba hondo y el sol pegaba fuerte sobre el terreno baldío, pero la presencia de Chuyito en
la escena había dejado otras ventajas, el aportaba botellitas de agua para
todos, y cuando uno es niño hasta un trago de agua es una bendición de Dios,
pero no solo aportó el líquido vital a los juegos, también un balón profesional con marca
y toda la cosa, y el abuelo había puesto dos porterías con redes, y con cal había
limitado el terreno como si fuera realmente un campo de fútbol, no eran medidas
exactas verdad, ni siquiera oficiales, pero ya se veían algo en forma comparado
a como estaba. Aunque no era mucho económicamente, al menos para los niños del
barrio se veía algo grandioso y muy profesional, ellos se sentían soñados.
En esa etapa del año también se empezaban a calentar los ánimos, los
niños del barrio se estaban sintiendo divididos, algo que nunca había pasado,
ahora Chuyito no solo era el niño blanco y rico, sino que ahora él ponía las
reglas y daba instrucciones, esto antes no era necesario todos fluían al
mismo sentir, ahora empezaban a ver dos bandos los que preferían quedarse con
el terreno llano y los que veían la modernidad del terreno, con butacas, lámparas,
uniformes, tenis especiales, que era lo que el jovencito les había propuesto, y
como era de esperarse empezaron las pugnas por el poder….pero cual poder? Si solo
se trataba de ser felices...solo se tratada de jugar y ser amigos.
Y he aquí no solo dos grupos los que preferían que todo
siguiera como antes, sin porterías y sin cal, y volver a la pelota de trapo, y
los que por alguna ambición malsana querían estar cerca de Chuyito por
conveniencia y un tercer grupo los que no querían meterse en líos y preferían alejarse
de todos si no se ponían de acuerdo.
Así que uno de los líderes
del grupo de los niños y más grande dijo:
-
Hemos crecido aquí en este baldío, aquí aprendimos
a volar papalotes, a jugar a la pelota y las mejores cicatrices me las hice en
este terreno y cada vez siento que es menos nuestro desde que llego Chuyito.
Otro igualmente respondió en defensa del niño rico:
-
Pues claro que este terreno no es nuestro, quien
sabe de quién será, tiene muchos años solo, nosotros nos hemos adueñado, pero
debe de tener dueño.
-
En eso la mente de Chuyito hizo chispa ya que era más libre en cuestiones
de comprar pues el dinero no era, ni nunca había sido su obstáculo, añadió:
-
Pues voy hablar con mi abuelo para que me compre
este terreno.
Después de ese comentario el resto de los chiquillos se
quedaron en silencio, quedo su última palabra como un eco retumbando en cada uno
de ellos pues sabían que el niño ese tenía mucha posibilidad de hacerlo ya sea
por capricho o por placer.
De ahí se fueron los niños poco a poco a sus casas, pensando
de qué lado era necesario estar, si del lado de Chuyito o en contra, porque veían
que no solo su espacio de juego estaba a punto de perderse sino también a una
gran parte de sus amigos que habían crecido juntos y compartido tantas cosas
pues era obvio que había intereses compartidos.
Llegaron las ELECCIONES - Otoño
después de eso cada vez se veían menos los
amigos del barrio, el terreno cada vez estaba más triste y las líneas de cal
fueron perdiéndose con el viento y las lluvias, y los amigos del barrio se
juntaban dos o tres solo para recordar los tiempos aquellos de goles y algarabías.
Se les prendió el foco de juntarse de nuevo a jugar y
pasaron por los otros compañeros de juego y llegaron con el viejo balón de
trapo….hicieron a un lado las porterías de tubos y redes y pusieron las
tradicionales piedras laterales, y jugaron como poseídos, como antes, como
siempre y ellos no se percataron que Chuyito no estaba jugando, de echo ni
siquiera lo echaron de menos….pero desde allá desde su área de confort, escucho
sus risas y vio con recelo y envidia de goles que no eran los de él , pero eran como antes y su pelota
mugrosa no tenia el chanfle, pero recordaban el gozo de sus corazones que les hacia tanto bien y disfrutaban cada instante y cada gol pero disfrutaron también las faltas y las caídas... Pero el muy rencoroso niño malcriado, no soportaba las risas y los gritos le taladraban los oídos y corrió hablar con el abuelo con
su boca de puchero y con los ojos enrojecidos que cualquier petición podría sonar insignificante.
Al cabo de una semana llegaron algunos trabajadores con
herramientas para levantar un cerco y delimitar esa propiedad, aun no tiene
propietario, ni puede ser vendido esta designado para una área verde, desde
hace más de una década, pero así son las cosas, cuando hay ignorancia y falta de
coraje, pero ahora por petición del mimado nietecito lo quería cercado y bien protegido
para que nadie entrara sin su consentimiento.
GOBIERNO - Invierno…Ahora podemos ver a través
de las estaciones del año, varios matices no solo de colores sino también temperaturas, que nos pueden hacer sentir de una u otra forma, el terreno antes citado ahora está
blindado, cercado, se lo han adjudicado y al parecer, los que de alguna forma
fueron parte de ese lugar público fueron desechados ilegalmente, porque no hay
valor para retomar lo que nos pertenece.
Preferimos dejar de lado que sigan usurpando nuestro entorno, nuestros bosques de encinos, nuestros cerros, nuestras casas, nuestro patrimonio, nuestros hijo e hijas, nuestros trabajos y dejamos que otros por caprichos e intereses malsanos, blandos dejamos que se los lleven, como la vida, y la muerte que ya no vale nada.